Deja de esconderte, eres mas fuerte de lo que piensas

 

El problema interno es: ¿Cómo lidias con la tragedia y la malicia? Y tú puedes decir “bueno, no estoy preparado”, es como: claro, es razonable.

Lógico. Especialmente si fuiste sobreprotegido de niño. No es una buena idea sobreproteger a tus hijos. Porque las serpientes se asomarán por el jardín, independientemente de lo que hagas. Entonces, en lugar de intentar mantener a las malditas serpientes lejos, lo que vas a hacer, es armar a tu hijo con algo que ayude a cortarla en pedazos, y descifrar el mundo de ello.

Así que el truco para… la prosperidad humana, ante la cara del sufrimiento y la maldad, es la fortaleza, no la protección.

También sabemos esto clínicamente. Sabemos por ejemplo, que si tratas a los agorafóbicos con terapia de exposición, lo que es, en términos generales, el miedo al caos. Diría: el miedo a todo. No los haces menos temerosos, los haces más valientes. No es lo mismo.

Porque con un agorafóbico… verás, lo que pasa con ellos es la caída, ellos nunca conceptualizan la muerte ni el sufrimiento. Son ingenuos, ¿verdad? Nunca entra en el teatro de su imaginación. Y es porque ellos están protegidos de eso. Pero entonces algo pasa, generalmente le pasa a las mujeres en sus 40. Porque son ellas las que tienen mayor probabilidad de desarrollar agorafobia.

Algo sucede, ellas han sido protegidas del caos una autoridad durante todas sus vidas. Quizás tuvieron un padre sobreprotector, y después fueron con un novio sobreprotector, y después fueron con un marido sobreprotector y quizás ellas estaban dispuestas a ser dominadas por los tres. Gracias a la protección, así que ese es el trato, ellas se quedan débiles y dependientes, y quizás tienen que hacerlo porque es la única manera de atraer a la persona que es hiperprotectora.

Pero el precio que pagan por ello es que no son lo suficientemente competentes. Entonces algo pasa en sus vidas, generalmente a los 40, desarrollan taquicardia, tal vez como consecuencia de la menopausia, sus corazones empiezan a latir de forma errática, y piensan: “oh, no, muerte”

¿Con quién vas a hablar ahora sobre eso? ¿Cierto?, No hay protección de autoridad para eso, o tal vez su amiga se divorcia, o quizás su hermana muere. O algo similar, pone sobre la mesa el espectro de la mortalidad y tal vez el espectro de la malicia y la mortalidad. Y les llega de modo que el recurrir a la autoridad no puede resolverlo.

Entonces tienen ataques de pánico, lo que sucede es que salen, se asustan, sienten su corazón latir, entonces se asustan de su corazón latiendo, porque piensan “oh, no, voy a morir”.

Y ellas piensan; “oh, no, voy a morir, y voy a hacer el ridículo cuando suceda y voy a atraer la atención.” Así que aparecen los dos grandes miedos: mortalidad, y juicio social.

Entonces sufren un ataque de pánico. Es como si todo se estuviese saliendo de control. Muy, muy desagradable. Entonces empiezan a evitar los lugares donde tuvieron un ataque de pánico y luego terminan sin ser capaces de salir a ningún lado.

Así que Tiamat ha regresado, un tremendo monstruo, una pequeña víctima. ¿Y entonces qué haces con ellos? Bueno, no puedes decir: no hay Tiamat. Eso se terminó, ¿verdad? Su ingenuidad se terminó.

Han tenido un contacto directo con la amenaza de la mortalidad y el juicio social. Han conocido a la Gran Madre, y han conocido al Gran Padre, y no hay vuelta atrás.

No puedes decirle: “oh, el mundo es un lugar seguro”. No es seguro, para nada. No es seguro.

El hecho de que pienses que es seguro significa que estabas viviendo en una burbuja inconsciente, que te fue pronunciada por tu cultura, es un regalo. Y ahora ha sido destruido. ¿Y entonces que haces ahora?

Bueno, la respuesta es que te retiras hasta que estás en tu casa y no hay lugar donde poder ir. Eres el conejo congelado definitivo. Y tu vida es un infierno, porque no puedes funcionar.

La alternativa es: vamos a desmontar las cosas que te atemorizan, vamos a exponerte a ellas, cuidadosa y pragmáticamente.

Y entonces aprenderás que de hecho eres más fuerte de lo que crees.

¡No sabias eso! Y quizás no querías hacerte responsable. Porque ya sabes, la gente juega un rol en su propio deceso, por así decirlo, cuando tuviste la oportunidad de salir y explorar, o de retirarte porque estabas asustado, elegiste retirarte porque estabas asustado.

Así que no es sólo que a menudo fuiste sobreprotegido, es que eras capaz de aprovecharte del hecho de que te sobreprotegieron. Y volver corriendo ahí cuando fuera tuvieras la oportunidad.

Así que quizás eres un niño en el parque, y estás teniendo algunos problemas con otros niños, y sabes en lo profundo de tu mente: “debería lidiar con esto yo mismo” pero vas y le dices a tu mamá y le pides que intervenga.

Y sabes que eso no es lo correcto, sabes que estás rompiendo el contrato social, pero es más fácil, así que eso es lo que haces, y te escondes detrás del Gran Padre, en términos generales.

Y bueno, el problema con eso es que no aprendes a hacerlo por ti mismo. Así que luego tienes que aprenderlo dolorosamente cuando tienes 40.

Así que llevas a la gente afuera, y dices bueno, ¿a qué le tienes miedo? Enuméralo del 1 al 10. Haz una lista de cosas de diez cosas a las que les tengas miedo.

A lo que te de miedo le podremos número 10. Empezaremos con eso. Ok, le tengo miedo a los ascensores. Ok, pues veamos una foto de un ascensor, vamos a imaginar que estás dentro de un ascensor. Vamos a llevarte a un ascensor, y dejar que veas las terribles mandíbulas de la muerte abiertas, porque así es como estás respondiendo a eso, simbólicamente.

Y vas a hacerlo… lo más cerca que puedas tolerar. Y te das cuenta que sales y lo haces: sí funciona. Estás demasiado nervioso, especialmente desde una perspectiva anticipatoria. Temblando, sales, te detienes, miras como sucede y resulta que te calmas.

Haces eso 10 veces y ya no te molestara más. Y bueno, aprendiste que no te moriste. Pero más importante que eso, has aprendido que puedes soportar la amenaza de la muerte. Eso es lo que has aprendido.

Y luego te mueves un poco más cerca, y un poco más cerca, y un poco más cerca y finalmente estás de regreso en lo que ya no es el ascensor desde una perspectiva simbólica. Es una tumba. Es un lugar de confinamiento y aislamiento.

Y aprendes… “mmm, resulta que puedo soportarlo”.

Y entonces estás mucho más recompuesto, mucho más confiado. Y eso es lo que a menudo pasa en situaciones así, lo he visto múltiple de veces.

Si haces que alguien pase el proceso del entrenamiento de exposición de ese modo, y los fortaleces, a menudo empezarán a hacerle frente a las personas que les rodean, en una forma que nunca lo había hecho antes.

Porque no harían frente a sí mismo antes, porque no estaban dispuestos a desautorizar la protección. Ves, si tú me proteges, no puedo molestarte. Porque no puedo darme el lujo de abandonar tu protección.

Así que si voy a juagar ese juego, estaré escondido detrás de ti. Y entonces no puedo desafiarte, y eso no es bueno, porque ese es el motivo por el cual las personas… se ve en los hombres con bastante frecuencia siguen agónicamente atemorizados por el juicio de sus padres estando en sus 30 o 40.

Bueno, ¿por qué?, porque ellos todavía quieren creer que allí afuera hay alguien que sabe, entonces están dispuesto a ser sometidos porque no los fuerzan a desafiar la idea de que hay allá afuera que sabe.

Porque esa es la ventaja de tener a tu padre como un juez. ¡Porque él sabe!

¿Y qué tal si no sabe? ¿Qué tal si nadie sabe mejor que tú? Bueno eso es algo duro de…

Hasta que te das cuenta que no eres un adulto. Ese es técnicamente el punto del entendimiento de la adultez. Es que nadie sabe realmente lo que deberías hacer… más que tú.

Es horrible comprenderlo, porque, ¿qué carajos sabes tú? Entenderlo es terrible, y la gente a menudo escogerá la esclavitud. Esclavitud permanente al espíritu del Gran Padre al darse cuenta de eso y es entendible.

Pero, el problema con eso es que eres mucho más de lo que crees. Entonces si continuas escondiéndote detrás de esa figura, entonces nunca tendrás la oportunidad de entender que eres mucho más de lo que crees.

Muchísimo más de lo que crees. Tal vez lo eres tanto… que de hecho podrías soportar la amenaza de la mortalidad sin colapsar. Quizá hasta soportar la malevolencia sin colapsar.

Quien sabe, ciertamente es posible. Y no es una pregunta abstracta, es exactamente el tipo de pregunta que te haces en el proceso psicoterapéutico. Es la pregunta que siempre te haces, y la respuesta a menudo es afirmativa.

Porque las personas pueden volverse increíblemente fuertes. Y lo sabes, porque personas trabajan en emergencias, en hospitales, trabajan en cuidados de tratamientos intensivos, trabajan como asistentes en la morgue.

Digo, esas personas tienen trabajos durísimos. Están en primera línea en investigaciones policiales, por crímenes de abuso infantil. Confrontan la malicia rutinariamente.

Sabes, esos trabajos son muy estresantes, ¡pero la gente los hace! Y algunos pueden incluso hacerlo sin ser dañadas por ello, a pesar de que eso es más difícil, porque puedes ver cosas horrendas, cosas que jamás olvidaras.

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